Piel trémula, de Gladis Alcántara Rojas, es un sabroso poemario de versos breves en donde se percibe (sobre todo en la primera y segunda parte), un delicado acento femenino identificado con Penélope, Selene, Esmeralda, Afrodita y tantas otras heroínas del amor.
En él, como hilos de diversas tonalidades pero tramados al interior de una misma madeja, se entrecruzan rápidas pinceladas amorosas y sensuales que van desde un antes pletórico de pasión, ilusiones, esperas y entregas: “Despertases en el amor / oculto en mis sueños de mujer”: hasta un después transido de vacíos, adioses olvidos y ausencias: “Eres el sueño no logrado / porque solo en sueños te amé”. Pero no todo en Piel trémula es erotismo, vitalidad y sensualidad, sino también (ya en la tercera sección), un sentido canto al entorno familiar, intimo y material, fatigado por los años y no exento de una leve dosis de nostalgia: “Quebrada por el tiempo, su voz / narra recuerdos.
En él, como hilos de diversas tonalidades pero tramados al interior de una misma madeja, se entrecruzan rápidas pinceladas amorosas y sensuales que van desde un antes pletórico de pasión, ilusiones, esperas y entregas: “Despertases en el amor / oculto en mis sueños de mujer”: hasta un después transido de vacíos, adioses olvidos y ausencias: “Eres el sueño no logrado / porque solo en sueños te amé”. Pero no todo en Piel trémula es erotismo, vitalidad y sensualidad, sino también (ya en la tercera sección), un sentido canto al entorno familiar, intimo y material, fatigado por los años y no exento de una leve dosis de nostalgia: “Quebrada por el tiempo, su voz / narra recuerdos.
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